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Pedro Lara V.

~ Crecer sustentablemente

Pedro Lara V.

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Condiciones clave para emprender

29 Domingo Dic 2013

Posted by pedrolarav in Dirección Empresarial

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Condiciones, emprender

Hay cada vez mayor evidencia de la importancia de estos ecosistemas para la creación de nuevas empresas que impulsan la innovación y la competitividad de las economías. Cada vez más gobiernos no sólo observan el fenómeno, sino tratan de imitarlo e insertarlo con la más alta prioridad en la lista de sus políticas públicas. Sin embargo, para crear y mantener de manera exitosa un ecosistema emprendedor, hay que entender la lógica de su funcionamiento, los jugadores que lo integran y sus roles, así como los principios sobre los que se basan.

De acuerdo con Feld, describe un marco con cuatro condiciones clave:

1. Los emprendedores deben ser los líderes de la comunidad emprendedora.

Este es un principio fundamental; cualquiera de los componentes sociales del ecosistema que quiera tomar el mando, el liderazgo, en la formación o conservación del ecosistema, acabaría por atentar contra su propia naturaleza y contra el fenómeno mismo del emprendimiento.

Si las universidades quisieran tener el rol protagónico, fracasarían, porque el emprendimiento empresarial no es parte de su esencia; si la comunidad científica decidiera emprender por su cuenta, con base en sus investigaciones y desarrollos, muy probablemente el resultado sería muy pobre por su falta de sentido de negocio; si el gobierno quisiera dirigir a los emprendedores, también atentaría contra la naturaleza misma del emprendimiento y quedaría envuelto en una trama burocrática; si las grandes empresas quisieran cooptar y apropiarse de los emprendedores, acabarían con el espíritu esencial de los mismos y los convertirían en asalariados; si los fondos de capital de riesgo tomaran por sí solos la dirección y la gestión de los emprendimientos, podrían tener algún éxito, pero al perder a los emprendedores perderían la capacidad de replicarlo.
Aun con los riesgos relativos a la juventud e inexperiencia de muchos emprendedores al inicio de su carrera, son ellos los que tienen que liderar los esfuerzos. En ellos se encuentra el motor y la motivación, la frescura para entender las necesidades de una nueva generación de clientes, de la que ellos forman parte, la capacidad de innovar y la resiliencia para reponerse eventualmente de los fracasos.

2. Los líderes deben tener un compromiso de largo plazo.

Los emprendimientos de alto impacto no son ocurrencias, requieren de tiempo para su maduración. Feld dice en su libro que se requiere, desde el principio y también después, un horizonte de al menos veinte años. Por esto, los emprendedores, los verdaderos líderes de estas comunidades, tienen que hacer del emprendimiento una opción de vida. No es como una carrera o como una etapa, es una forma de vida. Esto se repite con claridad en las descripciones que hacen los diversos autores sobre las características distintivas del emprendedor.

3. La comunidad emprendedora debe ser incluyente para cualquiera que desee participar en la misma.

La apertura y la inclusión son características básicas de un ecosistema emprendedor efectivo. No se podría entender a un ecosistema permanentemente innovador si estuviera cerrado a un grupo original, por más capaz que éste sea. En distintas prácticas, que se describirán más adelante, como la de Chile, no sólo se abre el sistema a la participación de otros, sino que se fomenta que emprendedores provenientes de otros países participen para dar un sentido de globalidad a las acciones.

4. La comunidad emprendedora debe tener continuamente actividades que mantengan involucrados a todos sus miembros.

Un ingrediente fundamental para construir y mantener unida a una comunidad emprendedora son las reuniones, de cualquier tipo, que no sólo permiten sino que impulsan el intercambio entre los emprendedores y con los otros miembros del ecosistema: mentores, incubadoras, grandes empresas, etc. En el Valle del Silicio, prácticamente todos los días hay eventos que facilitan esta interacción, lo mismo sucede en Boulder y en cualquiera de las comunidades emprendedoras exitosas. Este “contagio” continuo y mutuo de ideas, entusiasmo y toma de riesgo genera la energía necesaria para mantener en movimiento y en evolución a estas comunidades.

Nosotros agregaríamos a la tesis de Feld una quinta condición clave, que probablemente no sea la quinta sino la primera: Las empresas (los nuevos emprendimientos no son la excepción) existen y subsisten porque son capaces de identificar una necesidad en sus clientes y encuentran una mejor forma de satisfacerla que sus competidores.

No se trata de pedir a los clientes que diseñen un producto o un servicio; como decía Henry Ford: “Si le hubiera preguntado a la gente que quería, me habría dicho que un caballo más rápido”. Se trata de entender las necesidades y conectar los puntos con las infinitas nuevas posibilidades que abre la tecnología.
Imaginemos por un momento las necesidades asociadas con los millones de personas que viven en condiciones de pobreza, no sólo en nuestro país sino en el mundo. Pensemos, por ejemplo, en las personas que viven en la periferia de las grandes metrópolis como Sao Paulo, Nueva Delhi o la Ciudad de México, que dedican cada día dos o más horas para transportarse de su casa a su trabajo y otro tanto de regreso. ¿Qué se puede hacer para minimizar esos trayectos? ¿Cómo puede la tecnología llevar las labores productivas y remuneradas a la casa? O bien ¿cómo puede aprovecharse el tiempo de traslado para hacerlo productivo? Detrás de éstas y otras preguntas hay inmensas oportunidades que los emprendedores pueden convertir en empresas.

Notas de IMEF.

Un México de Emprendedores

12 Jueves Dic 2013

Posted by pedrolarav in Dirección Empresarial

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Ecosistema, emprender

Nuestro país enfrenta muchos y muy diversos retos. Sin embargo, el de mayor trascendencia es el que se refiere a ampliar nuestra capacidad de generación de riqueza, de manera que se permita incluir en un México próspero a los millones de mexicanos que están actualmente excluidos y que viven en condiciones de pobreza. Este es el reto principal de esta generación. La oportunidad radica en que contamos con una población joven y un bono demográfico que, bien utilizado, puede hacer viable el cambio requerido. Este proceso requiere de la participación y el esfuerzo de todos los sectores y también exige una clara estrategia en donde se defina una visión y se establezcan prioridades nacionales claras.

Una de estas prioridades debe ser ampliar significativamente el número y la calidad de las empresas del país. No se trata solamente de “arropar” a las pequeñas empresas, que forman una parte sustantiva de nuestra capacidad económica, sino de propiciar, fomentar y cuidar los emprendimientos de alto impacto. Aquellos que después de haber nacido pequeños pueden hacer la diferencia, no sólo en la condición económica del emprendedor, sino también en su entorno local, regional, nacional e incluso global.

Es importante diferenciar entre un negocio pequeño tradicional y un emprendimiento de alto impacto. Los negocios pequeños tradicionales tienen un lugar y un peso significativo en la economía de los países, y México no es la excepción. Aquí se incluyen los pequeños comercios, talleres y otro tipo de establecimientos que nacen pequeños y así se mantienen mientras subsisten. Resultan de valor para las personas y las familias y, si son legales y formales, también para la economía en su conjunto.

De acuerdo con Marcus Dantus, emprendedor y director de Wayra México: “Las empresas de alto impacto son empresas de reciente creación, generalmente asociadas a alguna innovación y con un alto y evidente potencial de crecimiento. Son usualmente ideas que se generan en respuesta a alguna necesidad patente que resuelven de una manera diferenciada a las soluciones actuales, proveyendo de mayores beneficios a sus clientes” (Dantus, 2013). Continuando con este autor: “Para ser exitosas, requieren de una estrategia clara y una detallada planeación financiera que les permita conseguir capital para acelerar su crecimiento”.
Hablamos entonces de negocios con un enorme potencial de crecimiento y de generación de empleo, en mucho casos con una base tecnológica y que tendrán impactos relevantes en la economía. Algunos de los ejemplos exitosos más conocidos son Apple, Microsoft, Google, Facebook, etc. Estas empresas son, hoy en día, inmensas corporaciones de alto valor para la economía. Algún día, hace pocos años, fueron simplemente una idea y luego un emprendimiento. En paralelo con estos ejemplos conocidos por todos, hay muchos otros casos exitosos y también miles de fracasos. Ideas que empezaron a ser empresas y que, finalmente, desaparecieron, implicando pérdidas para los emprendedores y para los inversionistas. El riesgo en este terreno es muy alto y es parte esencial de la naturaleza de los emprendimientos. El beneficio generado por los que logran el éxito, en su conjunto, sobrepasa enormemente las pérdidas de los fracasos.

Los emprendimientos de alto impacto no se dan de manera aislada, ni son obra de la casualidad. Para que la actividad económica de un país o una ciudad se vea positiva y significativamente impactada por un número importante de nuevos emprendimientos, se requiere de la generación de un ecosistema de emprendimiento.

En este terreno sucede lo que en el deporte o en las artes. Las estrellas no se dan aisladas, para sobresalir se requiere un enfoque de largo plazo, sistemático, que promueva la actitud y la acción emprendedora, que genere muchas acciones de emprendimiento; unas serán medianamente exitosas, pocas muy exitosas y otras, la mayoría, fracasarán. Estas últimas son importantes también, porque habrá que aceptarlas y aprender de ellas.

La creación de un ecosistema de emprendimiento no puede lograrse por decreto. La lógica de los ecosistemas de emprendimiento exitosos corresponde a la nueva estructura social y tecnológica del mundo contemporáneo: no es jerárquica sino más bien de redes. Brad Feld, en su libro Startup Communities, dice: “La red domina tanto en el mundo en línea como en el físico. A través de la red hay nodos y cada uno de ellos empieza con un emprendimiento…La energía, la actividad y la innovación en sociedad están dispersas a través de la red y concentradas en lugares inesperados…En el mundo físico, mucha de esta energía, actividad e innovación ocurre en pequeñas regiones geográficas que yo llamo Startup Communities” (Feld, 2012).

Nosotros hemos denominado a estas comunidades ecosistemas de emprendimiento.

Notas de IMEF

Emprender un Negocio es un Proceso

13 Martes Ago 2013

Posted by pedrolarav in Dirección Empresarial

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Acción, emprender, motivación

Lo primero que debemos comprender y tener muy claro es que iniciar una empresa es un proceso con diferentes etapas que nace con un sueño que se convierte en una idea, que debe planificarse y luego trabajar muy duro para construir el negocio a fin de que rinda los frutos deseados: ingresos y utilidades.

Muchas personas en su afán de libertad financiera o de abandonar sus empleos lo antes posible, pretenden (erróneamente) acelerar el proceso y hacer todo “más rápido” con los consecuentes inconvenientes que esto pudiera significar.
Así que el primer consejo es: no te apresures y no inicies tu empresa bajo presión. Planifica detenidamente tu proyecto de negocios y procura seguir tu plan disciplinadamente. Solo así lograras comenzar con buen pie.

Supera el Temor a Emprender

El temor o la incertidumbre ante el futuro puede ser muy fuerte y suele ser la principal razón por la cual muchos emprendedores abandonan aún antes de haberlo intentado. Pensamientos como ¿ Y si no funciona ? ¿ Y si pierdo mi dinero ? ¿ Y si las cosas no salen bien ? ¿ Y si alguien ya lo intentó ? solo se pueden vencer con optimismo y acción!

De hecho muchos de los grandes empresarios de hoy en día tuvieron tremendos fracasos en sus inicios, sin embargo, el fallar o fracasar debe verse como una lección más en el proceso de iniciar un negocio con éxito. Y si planificas correctamente, las posibilidades de fracaso son aún menores.

Invierte Suficiente Tiempo en la Planificación Previa

Cuánto más tiempo dediques a investigar y planificar tu empresa, mejor será el despegue y tus posibilidades de éxito financiero serán mayores. Dedicar suficiente tiempo para hacer un estudio de mercado, analizar a tu competencia, planificar tu negocio y hacer un presupuesto, te ayudará enormemente a evitar la los errores comunes que muchos empresarios cometen.
Sin importar el tamaño del negocio, la investigación te ayudará a responder interrogantes importantes para asegurar que tu empresa vaya por buen rumbo, por ejemplo:

➢ ¿ Qué necesidad pienso suplir con los servicios o productos que ofrecerá mi negocio ?
➢ ¿ Qué tanta demanda hay de estos en la región donde deseo incursionar ?
➢ ¿ Qué haría mi negocio distinto o favorable sobre la competencia existente ?
➢ ¿ Qué podría hacer para ser el líder, comercialmente hablando, en mi zona ?
➢ ¿ Cuánta inversión necesitare para montar esta propuesta de negocios ?
➢ ¿ Cuánto será mi menta de ventas mensual ?

Examina tus Motivaciones para Iniciar un Negocio

Aunque suene trivial, escudriñar tus más profundos motivos por los cuales deseas iniciar un negocio te ayudarán a enfocarte mejor hacia el éxito. ¿ Porqué ? Principalmente porque muchas personas intentan iniciar negocios por razones equivocadas:
• Por presión de sus padres o familiares
• Porque detestan a sus jefes
• Porque detestan su empleo
• Porque tienen capital y desean invertirlo en algo (no es una mala razón pero no se debe tomar a la ligera)
• Porque desean tienen mucho tiempo libre
• Porque sus amigos cercanos tienen negocios propios

Las razones por las cuales deseas iniciar tu propio negocio pueden ser muchas, pero lo importante es que tus motivos te lleven justamente a convertirte en un líder, en un empresario que pueda dirigir con orgullo y tenacidad a su empresa hacia el éxito. Si dichos motivos no están claros y fundamentados, es muy probable que esto no ocurra porque no tendrás el entusiasmo, la energía y la visión de lograrlo. Así que examínate a ti mismo y determina primeramente si lo que deseas es lo que realmente te haría sentir realizado.

Debes Mantener una Actitud de Aprender

Emprender y aprender no son sinónimos pero si se parecen mucho. El emprendedor siempre esta aprendiendo. Especialmente en estos tiempos para tener éxito como empresario se requiere estar actualizándose constantemente y adquiriendo nuevos conocimientos para poder competir agresivamente.

Puedo asegurarte que tus competidores estarán día con día investigando e implementando mejoras a sus procesos productivos, administrativos, financieros y de ventas con el fin de obtener ventajas y una cada vez mayor porción del mercado. Quedarse de brazos cruzados pensando que tus estudios de hace 8 años son la garantía para tu éxito es una ilusión que lleva a muchos en la dirección contraria.

Si vas a emprender y quieres hacerlo con éxito, debes estar dispuesto a leer y documentarte constantemente y ser el mejor en todo lo que haces.

ACCIÓN!
Finalmente, todo lo que podamos exponer no serviría de nada si no tuviera un final de acción. Muy parecido a las películas, si no hay acción, se tornan aburridas. Así son los negocios. Así que después de que hayas planificado suficiente, investigado suficiente, presupuestado suficiente y creado infinidad de ideas, entonces entra en acción y comprométete con tu negocio y contigo mismo a salir adelante sin escatimar esfuerzos y sacrificios.

Personalmente me encantaría conocer tu historia y si pudieras compartirla sería grandioso. Como siempre te deseo el mejor de los éxitos.

Notas de 1000 ideas de negocio

¿Emprendedor o Empresario?

13 Lunes May 2013

Posted by pedrolarav in Dirección Empresarial

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Emprendedor, emprender

Más allá de las definiciones formales que pudiesen existir, hoy muchos se preguntan —o nos preguntamos— cuál es la diferencia entre estas dos palabras tan en boga, sobre todo la primera. Y de las varias opiniones que he leído y escuchado, sin duda me quedo con la siguiente: el empresario es aquella persona que busca tener un autoempleo y al mismo tiempo un negocio rentable que genere empleos. Sin duda muy loable.

Pero el emprendedor es aquella persona que desde su propio campo de acción intenta “cambiar el mundo” o, al menos, cambiar la manera de hacer las cosas. Cierto, suena demasiado ambicioso cambiar el mundo; sin embargo, todas las misiones deben ser así, ambiciosas y, hasta cierto punto, soñadoras. ¿Acaso alguien piensa que intentar transportarse volando sonaba totalmente realista cuando lo propusieron los hermanos Wright? No basta con soñar; ellos tenían conocimientos que les permitían fundamentar sus sueños, y hoy cuando vemos volar el Airbus A-380, el gigante de las aeronaves comerciales para 800 pasajeros, sabemos que la información sumada a la intuición de los Wright conducían al camino correcto.

Comenzamos a emprender cuando cruzan por nuestra mente ideas como cambiar las cosas, romper el paradigma, aportar ideas propias, competir contra los mejores del mundo: simple y sencillamente mejorar algo por lo cual sintamos pasión.

En México, como en la mayoría de los denominados países emergentes, hay enormes oportunidades para emprender, para cambiar; son demasiadas las cosas que necesitamos modificar si queremos verdaderamente ser protagonistas de la historia, si queremos lograr el desarrollo sostenido.

Y estoy convencido de que, para lograr grandes cosas, debemos empezar por lo más sencillo: por un lado, generar cambios culturales, y, por el otro, aprovechar lo que podríamos denominar el momento de la verdad que estamos viviendo. Es el mejor y más apasionante de los retos, y es nuestro, es de esta generación.

El cambio cultural

Siempre hemos escuchado, leído y, además, confirmado que lo más complicado es el cambio. Hay una resistencia natural a él, una aversión a poner en riesgo nuestra manera segura de permanecer en el mundo. Sin embargo, también es cierto que la única constante es el cambio. Simple y sencillamente es la ley de la evolución.

Y de todos los cambios que podemos pensar, el más difícil de lograr es el cambio cultural, porque está metido hasta nuestras raíces y cuestiona nuestro interior, los paradigmas, los hábitos. En pocas palabras, nuestros aparentes límites.

Antes que pensar en complicados modelos de innovación, los mexicanos debemos entender que mientras no adoptemos mejores hábitos culturales cotidianos, no habrá metodología que nos permita avanzar con pasos sólidos hacia el desarrollo. No podemos, ni debemos, simplemente seguir copiando modelos.

Michael Fairbanks, profesor de Asuntos Internaciones de la Universidad de Harvard, habla de siete formas de capital que puede tener una sociedad. A continuación las enlisto de menos importante a más importante:

1) Factores básicos, tales como agua, tierra, sol. 2) Recursos naturales; 3) Capital financiero; 4) Mano de obra; 5) Instituciones, el imperio de la ley; 6) Conocimiento, propiedad intelectual; Capital humano, con todas sus implicaciones y resultados infinitos; 7) Capital cultural, lo que le da significado a nuestras vidas.

Las tres primeras se consideran inferiores, mientras las cuatro últimas son superiores, y de todas, la máxima es el capital cultural; de ahí que los cambios culturales no sean precisamente algo sencillo.

¿Y podríamos adivinar cuál es la demostración por excelencia del capital cultural? Es la puntualidad, que es una manifestación de valores, como respeto por uno mismo y por los demás, compromiso, disciplina, organización, responsabilidad. Lo denominan un proxy de valores por el poder que representa. En términos del desarrollo de una sociedad, la puntualidad es más importante que el imperio de la ley, que el conocimiento, incluso que la democracia. Vamos, casi podemos afirmar que la puntualidad implica todas ellas. Las sociedades que son puntuales apuntan a ser sociedades superiores, y, más relevante aún, sociedades justas.

Y en este sentido, a los emprendedores mexicanos nos urge mejorar, nos urge entender que el tiempo es solo uno y que cada retraso en las labores cotidianas retrasa nuestro objetivo superior de largo plazo, el que se alinea a nuestra misión. Tenemos todo: los recursos, el ingenio, incluso el timing; sin embargo, nos cuesta trabajo ir construyendo sobre estas formas de capital superior: respetar la ley, empezando por las re glas de civilidad básicas, sin importar que “nadie más lo haga”; tener la curiosidad objetiva para dedicar horas de estudio a nuestra pasión, comenzando por la lectura de algún diario simplemente para saber qué pasa un poco más allá de nuestro entorno; respetar e invertir en las personas sin pretextos; y, finalmente, ser puntuales con todo lo que la palabra superior implica.

El momento de la verdad
En el ambiente comercial, esta frase es muy conocida y aplicada para la ejecución de los servicios; es algo así como que solo hay un momento de la verdad para dejar al cliente totalmente satisfecho. Yo me quiero referir a ese mismo momento de la verdad, pero desde una perspectiva mucho más amplia y, si lo queremos ver así, hasta filosófica.

Los emprendedores de esta nueva era estamos obligados a saber que la responsabilidad social se inicia con la comprensión total del impacto de nuestros actos. Comienza con la sencilla idea de la decencia hacia nuestros empleados, y con el respeto absoluto hacia nuestros consumidores, clientes o usuarios. Es el simple entendimiento de que una empresa debe buscar la justicia hacia dentro y hacia fuera de ella para asegurar una permanencia en el largo plazo con personas fieles tanto a la organización como a sus productos.

Aspiremos a ser grandes empresarios, de esos que generan miles y miles de empleos, pero mantengamos la candidez del corazón del emprendedor que sueña con mejorar las cosas, que está convencido de que todos los días hay una señal que permite mantener el rumbo claro hacia el objetivo sin alejarse de los valores esenciales de la vida. Ahí está no solo el largo plazo, sino el valor incalculable de la tranquilidad.

Mantengámonos ingenuos, mantengámonos emprendedores. Ah, y muy importante: empecemos por la puntualidad.

Notas de Julián Cuevas Cervantes

Cuál es el siguiente paso?

06 Martes Nov 2012

Posted by pedrolarav in Dirección Empresarial

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emprender, responsabilidad, social

Pareciera que analizar el desarrollo y comportamiento de los productos, mercados y empresas en diversos ciclos nos podría ayudar a responder algunas dudas:

  1. Durante la era de las instituciones, los empleados obedecían, rara vez cuestionaban las políticas y con poca frecuencia brincaban de trabajo en trabajo. Las empresas aseguraban un empleo de por vida, un cheque quincenal y una pensión después del retiro. El viejo contrato social entre instituciones e individuos en el que intercambian lealtad por seguridad en el empleo está por sucumbir.
  2. La proliferación de quipos de cómputo económicos, dispositivos de comunicación inalámbricos y conexiones ubicuas a internet de bajo costo: los trabajadores poseen ahora sus propios medios de producción. Ya no se genera lealtad por las marcas y los productos. Lo importante pareciera el cambio por el cambio.
  3. Las nuevas generaciones (aquellas que nacieron a finales de los 80´s y 90´s) no conocen una crisis económica como la de los años 30´s en los Estados Unidos o los años 70´s en México. Por el contrario, los costos de vivir han bajado y el ingreso de los estadounidenses se ha duplicado y la brecha económica y social en México se ha ampliado. Esta situación los hace sentir mayor seguridad en su futuro económico a los estadounidenses y por lo tanto temen menos a la independencia., mientras que en México se espera la herencia familiar pero no un esquema de emprendimiento a largo plazo.
  4. La vida promedio de los productos y las empresas se ha acortado. Hoy la economía hiper-cargada metaboliza compañías a una velocidad sorprendente. Eliminándolas del sistema financiero antes de que dejen de ser efectivas o incluso se vuelvan tóxicas. Los consumidores o clientes se vuelven más exigentes, informados y críticos. Ahora no solamente buscan productos y servicios que satisfagan una necesidad, sino que además provengan de empresas que puedan demostrar que son socialmente responsables.

Sin embargo, ante todos estos cambios exponenciales a los que nos enfrentamos, en qué momento nos detenemos a pensar que deberemos de emprender a favor del hombre?.

En qué momento deberemos de considerar verdaderamente a las personas, sus necesidades y deseos, para la innovación y el desarrollo de los productos y servicios de las empresas y no solo generar demanda?.

Es verdad que lo único verdadero es la rentabilidad de los productos, de los servicios y de las empresas a corto plazo?

En donde quedó el desarrollo y los planes de vida y carrera de los colaboradores?

Y la responsabilidad social?

No será acaso la suma de las omisiones de estas y muchas otras preguntas lo que genera que no exista lealtad hacia los productos y las empresas y esto produzca la no sustentabilidad de las compañías?

Al olvidarnos del hombre, en realidad nos hemos olvidado del “core del negocio”?

Y Usted….Que piensa????

Pedro Lara V.

Director de empresas.
Consultor.
Catedrático.
Conferencista internacional en temas de Planeación Estratégica, Gobierno Corporativo y Ética Empresarial.

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