• Acerca de:

Pedro Lara V.

~ Crecer sustentablemente

Pedro Lara V.

Archivos mensuales: noviembre 2013

Celos: cómo librar a su empresa de una tragedia shakesperiana

30 Sábado Nov 2013

Posted by pedrolarav in Dirección Empresarial, Gobierno Corporativo

≈ Deja un comentario

Etiquetas

Celos empresariales, Desarrollo

“Sienten celos por eso, por sentirlos, tal monstruo engendrado de sí y por sí mismo nacido”, escribió William Shakespeare en su obra Otelo. Y es que los celos pueden ser un sentimiento tan infundado como peligroso. En el caso de esta tragedia shakesperiana, Otelo se deja persuadir por las falsas insinuaciones de uno de sus lugartenientes sobre la infidelidad de su amada, por lo que acaba ahogándola y quitándose la vida.

Sin llegar a este nivel de dramatismo, todo el mundo ha sido testigo o víctima de este sentimiento en la empresa, donde se pueden sentir celos del jefe, los compañeros, los clientes, los proveedores, los accionistas o los subordinados.

Los profesores del IESE José Ramón Pin y Guido Stein analizan este sentimiento patológico en el documento “El síndrome del jefe Otelo en la empresa” y ofrecen algunas recomendaciones para gestionarlo.

Reparto de papeles
En toda empresa puede haber directivos y empleados celosos a causa de su afán de poder o éxito profesional. Es algo frecuente en personas inmaduras o sin la suficiente autoestima, cuyos celos condicionan en muchos casos sus decisiones.

Algunos de los comportamientos visibles de los “jefes Otelo” pueden ser:
• Criticar en exceso las actuaciones de los subordinados para restarles méritos.
• Evitar la presencia de los subordinados en reuniones importantes.
• Encargarles proyectos difíciles con medios insuficientes para propiciar errores y socavar su competitividad.
• Destituirlos sin razón lógica aparente.
Lo peor es que, según los autores, los “jefes Otelo” suelen generar más “jefes Otelo” o “dinámicas de comportamiento Otelo”, al impregnar la empresa de un clima de desconfianza. Algo que se hace más palpable según se asciende en los niveles de responsabilidad.

En este tipo de tragedias no suele faltar la figura del instigador. En la obra de Shakespeare es Yago, un lugarteniente de Otelo, quien le convence de las infidelidades de su esposa con su rival Casio para deshacerse de él.

Del mismo modo, se advierte que en la empresa el “empleado Yago” conoce bien a su jefe y sus debilidades, por lo que puede influir eficazmente en él. Es más, algunos directivos incluso alimentan la figura de “Yago” como muralla para defender su posición.

Planteados los personajes, el argumento de la obra en el mundo empresarial suele ser el siguiente: el jefe nombra a un subordinado para un trabajo y, cuando este triunfa, teme que le arrebate su éxito. Basta con que otro de sus colaboradores avive el conflicto para desencadenar el desastre.

Cómo actuar ante los celos
Gestionar los celos es todo un reto. El directivo debe ser capaz de percibir los síntomas en el entorno y neutralizarlos cuanto antes, además de evitar la aparición del síndrome en uno mismo.

Algunas recomendaciones prácticas para hacer frente a los celos son: evitar situaciones que se puedan interpretar como injustas, arbitrarias o de favoritismo; mantenerse alerta ante posibles indicios de celos, y hablar con el afectado tan pronto como aparezcan, afrontando el problema de forma profesional.

La dinámica de los celos tiene que detenerse de forma temprana para evitar que el conflicto interpersonal llegue a un punto de no retorno.

Lo mejor que puede hacer el “Casio” de turno ante las primeras muestras del síndrome es reconocer las competencias y éxitos de su jefe y el apoyo recibido de él para rebajar así sus suspicacias. El subordinado también debe realizar un autoanálisis para valorar su nivel de responsabilidad en los celos y poder tomar las medidas oportunas de cara al futuro.

Un buen mentor o coach puede ayudar, pero escalar el conflicto suele ser una mala solución. Si no se logra reconducir la situación, a veces no queda más remedio que poner tierra de por medio, solicitando un traslado o marchándose de la empresa.

Los mejores antídotos
La humildad y la generosidad son muy efectivas para prevenir los celos. La primera de estas virtudes, que exige autoconocimiento y conciencia de las propias limitaciones, es cada vez más relevante para el liderazgo en organizaciones complejas y globales.

El directivo humilde es inmune a los celos y está orgulloso de los éxitos de sus colaboradores, por lo que facilita extraordinariamente el desarrollo del talento de sus subordinados.

Pero la humildad no tiene que ser una virtud exclusiva de los directivos: debe estar presente en todos los miembros de la empresa, ya que aporta realismo, algo fundamental para la toma de decisiones. En este sentido, no basta con que la alta dirección sea humilde, también tiene que desarrollar jefes que lo sean.

Por otro lado, la generosidad sienta las bases morales para el desarrollo de los colaboradores a través del buen ejemplo, que a su vez provoca su respeto y confianza.

Como recuerdan José Ramón Pin y Guido Stein, el liderazgo no tiene tanto que ver con la posición como con la disposición.

Notas de: Pin Arboledas, José Ramón; Stein Martínez, Guido

Repensar el trabajo en tiempos de desempleo

27 Miércoles Nov 2013

Posted by pedrolarav in Dirección Empresarial

≈ Deja un comentario

Etiquetas

estrategia de empleo, perdida de empleo, trabajo

La crisis económica ha destruido miles de puestos de trabajo en todo el mundo. El elevado nivel de desempleo tiene graves consecuencias para el crecimiento y desarrollo de los países, pero es también una lacra para la sociedad.

Muchas personas no conseguirán tener nunca un trabajo, lo que tendrá consecuencias para su desarrollo como individuos y su integración plena en la sociedad. Se requieren soluciones de calado que contemplen una visión amplia de la persona, la familia, la empresa, la sociedad y, por supuesto, del trabajo.

Cómo hemos llegado hasta aquí
Todos conocemos las causas financieras que dieron origen a la crisis actual pero, como explica Argandoña, “una crisis no es un accidente imprevisible que se presenta sin avisar”, sino que “tiene causas profundas que se van desplegando a lo largo del tiempo”. Las dimensiones éticas de esta crisis son algunas de ellas. Muchos autores han denunciado que durante los tiempos de bonanza se generalizaron ciertos comportamientos inmorales, como una codicia desmedida, la opacidad, el fraude o cierta arrogancia entre los directivos…

Estos comportamientos han estado siempre presentes en la economía y la empresa pero, como asegura Argandoña, durante la última crisis los mecanismos sociales, económicos y gubernamentales que debían ponerles coto han fallado. “La familia ha dejado de ser, a menudo, una escuela de virtudes; la escuela presta más atención a lo políticamente correcto que a lo justo, y el Estado se deja llevar por criterios de éxito político, eficiencia e intereses de partido, pero no por el bien común”.

El documento dibuja una sociedad individualista, emotivista, utilitarista, carente de bienes comunes y basada en relaciones de interés y de sentimientos que demuestra ser incapaz de hacer frente a cuestiones de fondo como el gravísimo problema del desempleo.

La paradoja del trabajo
El trabajo está cada día más valorado como medio para la satisfacción de nuestras necesidades, como herramienta que crea conocimientos y desarrolla capacidades, como piedra fundamental en la construcción de la sociedad y como reflejo de la dignidad del hombre.

Por otro lado, también puede ser causa de su deshumanización. El desempleo, por ejemplo, provoca en el individuo una sensación de pérdida de identidad cuando esta está vinculada a la profesión que se ejerce. Además interrumpe la adquisición de nuevos conocimientos y capacidades, deteriora el capital humano adquirido y origina conflictos personales, familiares y sociales. El paro se presenta, pues, como el fracaso de una sociedad ante sus ciudadanos.

La precariedad del empleo es también un elemento deshumanizador del trabajo por lo que supone de incertidumbre y de pérdida de control de la propia vida.

Otro mecanismo alienador sería la existencia de trabajos degradantes, en los que el trabajador se ve como pura mercancía sin cara. O el uso instrumental del trabajo, que convierte al ser humano en un instrumento en manos de otros, no en un fin.

Así, la degradación del trabajador no consiste en que produzca bienes materiales, sino en que la forma de producirlos sea inhumana. Es decir, que no le permita desarrollar otras actividades necesarias y probablemente más importantes en términos absolutos (familiares, sociales, espirituales, culturales, etc.), infligiendo violencia a la naturaleza espiritual del hombre.

En busca del sentido del trabajo
Las personas buscamos un trabajo “expresivo” y a menudo encontramos un trabajo “instrumental”, quizá porque hemos convertido el trabajo en definidor de la identidad de la persona, a la que valoramos no por lo que es o por quién es, sino por lo que hace: sus resultados personales a nivel económico (cuánto gana) y social (cuál es su posición en la escala social), y por lo que aporta a los demás (cuánto contribuye al producto interior bruto o a la economía familiar).

Nuestra sociedad hace depender del trabajo y de su rendimiento económico nuestro nivel de vida actual y futuro, en la medida en que el sistema de pensiones y la atención sanitaria y de la dependencia están ligadas a las rentas generadas con el trabajo, encareciendo así su “coste económico”.

Un reflejo de cómo entendemos socialmente el trabajo es la pérdida de sentido humanizador de la educación, instrumentalizándola como mera creación de capital productivo. Muestra de ello es el menosprecio de las humanidades por su falta de “utilidad” para la generación de renta privadas, olvidando su función social.

Tres motivos para trabajar y uno más
Según Argandoña, existen tres razones principales que resumen las motivaciones e intenciones que empujan a las personas a realizar esa actividad que llamamos “trabajo”: un medio para ganarse la vida, una ocasión para el desarrollo personal y un medio para contribuir a la edificación de una sociedad.

Pero existe también una cuarta razón: el trabajo es expresión de la mejora personal. Aunque el trabajo es el mismo para todos, hay que tratar de hacerlo bien, con calidad humana, preparación y dedicación. Hay que hacerlo como servicio a los demás, empezando por la familia, los colegas, los clientes y los vecinos, y acabando con la humanidad entera.

Deberemos de ilustrar a través de una antigua historia, en la que preguntaron a tres picapedreros qué estaban haciendo. El primero contestó que estaba picando piedra; el segundo, que estaba ganándose el sustento para su familia; y el tercero, que estaba construyendo una catedral. Su trabajo era el mismo, pero el sentido que encontraban en él era muy diferente.

Notas de: Argandoña Rámiz, Antonio

¿Por qué fracasa la mayoría de los proyectos empresariales?

24 Domingo Nov 2013

Posted by pedrolarav in Dirección Empresarial

≈ Deja un comentario

Etiquetas

fracaso y éxito, Proyectos empresariales

Quienes han logrado construir una empresa saben que el éxito rara vez se debe sólo a una idea revolucionaria.


Con la explosión del mercado “startup”, cuyo camino fue sembrado por jóvenes empresarios como Mark Zuckerberg (Facebook) y Jack Dorsey (Twitter) que alcanzaron una rápida riqueza tras su éxito en las redes sociales, la capacidad de generar grandes ideas se ha elevado hasta un nivel similar o equivalente a encontrarse una mina de oro y ganarse el máximo premio en un juego de azar.

Los jóvenes que nacieron al alero de la computación y las plataformas virtuales como Internet, viven con la esperanza de ir por la calle y dar con una solución en la que nadie más ha pensado.

“Han aceptado la falacia de que las grandes ideas son la raíz del éxito empresarial y la riqueza instantánea. A menudo se escucha decir; “si tan sólo hubiera pensado en eso, sería rico”, dicen Karl Stark y Bill Stewart, directores y cofundadores de Avondale, una firma de asesoramiento estratégico centrado en el crecimiento de empresas.

Sin embargo, ambos empresarios consideran que quienes han construido empresas saben que rara vez el éxito se debe a una idea revolucionaria. “Es evidente que una buena idea es importante, pero no es la única fuente de riquezas”, explican.

Por el contrario, el éxito empresarial habitualmente viene de la mano con el trabajo duro, asumir riesgos, y el desarrollo de productos y soluciones que entregan valor real a los clientes.

La idea es sólo el comienzo

A juicio de Stark y Stewart, existen algunos ejemplos de empresas que demuestran la cantidad de etapas de debieron pasar antes de llegar a la cima.

Una de ellas es Instagram, ya que originalmente era una aplicación de “check-in” que evolucionó durante mucho tiempo hasta convertirse en una app de fotos, y terminó llenando una necesidad en dicha categoría, más que cuando pretendía competir con Foursquare.

En comparación con sus inicios en el año 1998, Google es actualmente un motor de búsqueda mucho mejor, más evolucionado, completo, y un buscador de productos que con el tiempo permitió a sus creadores generar ganancias millonarias.

Starbucks además de ofrecer café de la mejor calidad, se ha empecinado en entregar un ambiente grato, Dell no sólo fabrica PC’s, sino que son baratos y lo hace en menor tiempo que sus rivales, mientras que McDonalds, por su parte, entrega hamburguesas rápidas, baratas y sabrosas.

”Tras trabajar con muchos directores ejecutivos, inversionistas y empresarios creando nuevos negocios, hemos encontrado que muchas ideas iniciales, francamente, no valen mucho”, confiesan los fundadores de Avondale.

Mucho más importante parece ser un modelo de negocio sólido que crea valor y soluciona problemas a los clientes. Incluso, cuando el modelo de negocio se convierte en el “caballo de batalla” más que la idea inicial, la empresa se vuelve invencible. Y es que muy pocas empresas terminan creando millones de dólares apoyándose sólo en una idea inicial -como lo hiciera Facebook-. Es más, grandes compañías como Apple y Microsoft cambiaron sus modelos de negocio varias veces antes de decidirse por una solución determinada.

Entonces, cuando estés en la etapa inicial del negocio:

No tengas miedo de compartir tu idea

El valor no está en la idea, sino en cómo la ejecutas. Los empresarios con experiencia, empresarios e inversionistas te pueden dar valiosos consejos al respecto. Si tu idea es buena, resulta obvio que puede ser robada –es un parámetro para medir si tu idea es buena-, pero tu trabajo consiste en ejecutarla mejor que la competencia.

Actúa, avanza y no te quedes sólo analizando cómo mejorar la idea

Los negocios se desarrollan a través de un enfoque de prueba y error, en este sentido aprender de los caminos equivocados adquirirá un valor mayor al que tiene una buena idea.

Sé realista y no te concentres en cosas que no existen

Al contrario, busca las soluciones que existen y son alcanzables. Enfócate en cómo crear más valor para los clientes.

Diferénciate de la competencia

La mayoría de los productos no son para todas las personas. Un producto diferenciado atraerá a un segmento de clientes seguros, fieles y que valoran esas “diferencias”. Para lograrlo, convierte tu idea en una acción positiva.

Si sigues estos consejos, entonces tendrás más posibilidades de convertir tu próxima “gran idea” en un negocio exitoso.



¿Has tenido una gran idea que nunca llegó a puerto? ¿Dónde estuvo el error?

El equilibrio entre carrera y familia define el éxito

24 Domingo Nov 2013

Posted by pedrolarav in Dirección Empresarial

≈ Deja un comentario

Etiquetas

carrera, equilibrio, exito, Familia

El éxito puede ser tanto objetivo como subjetivo. Ahora que cada vez más personas priman sus propios criterios por encima de los tradicionales, es de suma importancia comprender las claves que conducen al éxito en un entorno de trabajo tan competitivo como el actual.

Por ello, la profesora del IESE Mireia Las Heras, junto con Douglas T. Hall (Universidad de Boston), Mary Dean Lee (Universidad McGill) y Ellen Ernst Kossek (Universidad Estatal de Michigan), ha seguido la trayectoria de un grupo de directivos y profesionales de alto nivel durante seis años para ver en qué medida conciliaban el éxito profesional con su vida familiar.

¿Éxito objetivo o subjetivo?
Los autores establecieron dos categorías de éxito: el objetivo, es decir, el que se mide en base a indicadores observables por los demás, como el nivel de ingresos y el cargo, y el subjetivo, o sea, la percepción personal sobre la valía de los propios logros.

A partir de esta distinción, estudiaron la trayectoria de un grupo de personas que habían decidido reducir su carga de trabajo para dedicar más tiempo a su vida personal y familiar. Después analizaron si seis años después la situación seguía siendo la misma y cómo veían la evolución de su carrera profesional y de su vida en general.

Los autores también examinaron la relación entre el éxito profesional objetivo, relativo a los ascensos, salario y estatus, y el subjetivo, relacionado con el bienestar psicológico. Su objetivo era identificar qué factores y acontecimientos, tanto organizacionales como personales o familiares, tenían más peso en la satisfacción global de los participantes.

Cuatro grupos de personas
Sorprendentemente, los resultados no mostraron una correlación clara entre el éxito profesional objetivo y subjetivo. Para analizar por qué, los autores dividieron a los participantes en el estudio en cuatro grupos.

Personas de éxito profesional, tanto objetivo como subjetivo.
Este grupo se componía principalmente de directivos que habían recuperado su jornada laboral completa, tenían un alto grado de responsabilidad y trabajaban más horas a la semana que los demás grupos.

La mayoría asociaban el éxito profesional con los ascensos. Sin embargo, manifestaron que con el tiempo habían dejado de querer seguir subiendo peldaños en la organización. Sabían lo que querían y trabajaban duro para conseguirlo, pero no perdían de vista su vida personal.

Personas de éxito profesional objetivo pero no subjetivo.
Aunque la mayoría en este grupo deseaban trabajar a tiempo parcial, con el tiempo volvieron a hacerlo a tiempo completo. Tan solo uno de ellos logró mantener un horario de trabajo reducido, pero aun así no le resultaba fácil.

Ya fuera por necesidades económicas o presiones de la empresa, la mayoría se vieron obligados a trabajar más de lo que les habría gustado. Y muchos mostraron su disgusto con los efectos de esta situación en sus relaciones personales.

Personas con un éxito profesional objetivo bajo y subjetivo alto.
A diferencia de los del grupo anterior, estos habían conseguido mantener una carga de trabajo reducida. Algunos incluso optaron por hacerse autónomos al ver que su empleo a tiempo parcial era muy exigente y afectaba demasiado a su vida personal.

Estas personas decidieron conscientemente dar prioridad a su vida personal o familiar frente a su carrera profesional, una solución de compromiso con la que se sentían bastante cómodos.

Personas con un éxito profesional tanto objetivo como subjetivo bajos.
Al principio, a la mayoría de los miembros de este grupo les iba bien, y la mitad querían progresar. Pero, con el tiempo, su suerte se torció. Algunos habían perdido su empleo y dos tercios trabajaban como autónomos a tiempo parcial.

Sus quejas más comunes eran la inseguridad laboral y económica, así como acontecimientos personales y familiares que alteraron sus vidas. Dos personas mencionaron los sacrificios que tuvieron que hacer en su carrera profesional para atender crisis familiares, enfermedades o necesidades especiales.

En resumen, estas personas aspiraban al éxito profesional y todo lo que se asocia a él, pero no pudieron alcanzarlo por razones que escaparon a su control.

Deconstrucción de la mística del trabajo
Este estudio aporta una visión más matizada de la “mística del trabajo”, según la cual la obsesión por la carrera profesional implica sacrificios personales que llevan a resultados negativos.

Algunas personas con una clara orientación al trabajo, sobre todo los del primer grupo de estudio, son capaces de hallar un equilibrio entre el compromiso con su carrera y el que tienen con su familia, alcanzando el éxito tanto a nivel objetivo como subjetivo.

No obstante, cabe destacar que estas personas también eran el principal sostén económico y sus cónyuges asumían un papel relevante en los asuntos familiares.

Los miembros del segundo grupo muestran que no es necesario obsesionarse en tener una carrera exitosa para experimentar logros profesionales sostenidos. De todas formas, para hacer realidad su visión del éxito debieron desafiar los estereotipos sobre los roles familiares y de género, así como la competencia profesional.

Es algo que en menor medida también debieron hacer los miembros del primer grupo, que tuvieron que renunciar a seguir ascendiendo profesionalmente en algún momento de sus carreras para dedicar más tiempo a su vida personal.

Habrá que continuar investigando para entender por qué algunas personas tienen un fuerte sentido de las prioridades personales y siguen su propio camino, mientras que otras se abandonan a la mística del trabajo.

Entre tanto, el reto para las empresas será ayudar a los empleados a alcanzar el éxito profesional objetivo sin hacerles renunciar a sus propios criterios sobre lo que significa triunfar.

El futuro del Retail

20 Miércoles Nov 2013

Posted by pedrolarav in Dirección Empresarial

≈ Deja un comentario

Etiquetas

consumidor, retail

El Retail, al igual que otras industrias en el mundo, está sufriendo una transformación vertiginosa debido al rápido avance de la tecnología y su incorporación a los diferentes procesos que se llevan a cabo en las empresas, pero también como consecuencia del uso que los consumidores le dan para estar a la vanguardia de la información y con ello, consolidarse como el centro de la actividad comercial, tanto para compañías detallistas, como para las diferente marcas de productos que satisfacen una necesidad. Prácticamente estas necesidades básicas no cambian en el tiempo, pero el comportamiento del shopper sí está asociado a la tecnología que lo rodea.

La experiencia lo es todo

No basta con tener el producto en el lugar, cantidad y momento adecuado para ser adquirido por el shopper. Anteriormente se visitaba una tienda por factores que hoy no cobran el grado de importancia que antes tenían, tales como la ubicación o promociones ofrecidas en determinado momento. El consumidor en un futuro buscará satisfacer sus necesidades a través de una experiencia confortable antes, durante y después de estar en el punto de venta. Hoy en día, ya empieza a suceder este fenómeno, en el que el consumidor prácticamente exige ser reconocido como un ser único en el punto de venta para ser atendido de acuerdo a sus hábitos de compra y de consumo.

Uso correcto de la información

Para lograr lo anterior, se requiere usar la tecnología en base a un objetivo claro para diferenciarse del resto de las cadenas comerciales, pero también para extraer la información precisa que permita identificar a cada persona que visita una tienda y así hacerle una oferta de servicios asociados a la compra de acuerdo su personalidad y entonces convertirse en la opción preferida para la adquisición de bienes por parte de un consumidor mucho más informado y ansioso de vivir un momento especial en la tienda.

Tecnología y Estrategia integradas

¿Cuántas veces nos hemos topado con la decepción de que la comunicación de una marca en los diferentes medios, no está integrada a lo que realmente sucede en el punto de venta? A más de alguno seguramente le ha sucedido esto. En BlackBerry se muestra la integración que se busca tener en un futuro cercano, a través de la cual, dispositivos, procesos en la cadena de abasto, ejecución en punto de venta y acciones de Comunicación y Marketing convivan eficaz y eficientemente buscando el beneficio del consumidor.

Conceptos como dispositivos móviles, herramientas digitales, promociones personalizadas, estrategias multicanal, administración del inventario, administración de la cadena de suministro, análisis de tendencias de mercado en tiempo real, tracking de productos, distribución, procesos de colaboración entre cadena comercial y fabricantes, realidad aumentada e integración de dispositivos, deberán coexistir con un objetivo y estrategias claros para cumplir con la promesa de entrega de valor hacia el consumidor, que hoy por hoy es mucho más exigente y cuenta con los medios para hacer saber las inquietudes que tenga hacia las marcas y tiendas de su preferencia.

Notas 
Por Alberto Carreón Herrera

Breve historia de la Industrialización en México

16 Sábado Nov 2013

Posted by pedrolarav in Dirección Empresarial

≈ Deja un comentario

Etiquetas

historia industria, Industria en México

Revolución concebida como una articulación de procesos económicos, políticos, sociales y culturales, que sólo pueden ser explicados si se toma en cuenta el conjunto orgánico de relaciones que se dan entre ellos. La revolución industrial en México no llegó de pronto en el siglo XX sino que surgió de la influencia, a través del tiempo, de múltiples factores en las relaciones sociales.

El primer cuarto del pasado siglo constituyó el inicio, un tanto titubeante, de un proceso de industrialización que habría de cobrar fuerza más adelante. Ese periodo se podría caracterizar como una “economía de enclave”, en la que la principal fuente de divisas la constituyó la explotación y exportación de materias primas tanto renovables como no renovables. Las exportaciones en esa época incluyeron básicamente algunos productos agrícolas tales como el algodón, el café y el cacao.

La década de los años treinta, y muy particularmente desde 1933, ve cambios profundos en la organización política y social de la nación mexicana. Se crea una infraestructura básica en irrigación, caminos y otras áreas; se expropia el petróleo y los ferrocarriles; se establece un sistema de financiamiento para el desarrollo; y, sobre todo, se construye la mentalidad nacional hacia la conciencia plena de sus derechos frente a los intereses extranjeros, así como a la importancia de adoptar reformas y medidas a la distribución de la riqueza

La industria de los años cuarenta

El arribo en 1940 de Manuel Ávila Camacho a la presidencia del país, rompió con la política nacionalista de su antecesor. Se implementó la llamada “política de buen vecino” que influyó positivamente a México. La medida promovía la estrecha cooperación con Estados Unidos en materia comercial y militar. Llegó a ser muy significativa en 1941 con la inminente participación de Estados Unidos en la II Guerra Mundial. Esta coyuntura ofreció a Ávila Camacho la oportunidad de fortalecer el programa de desarrollo de la industrialización del país. Desde un principio el presidente desechó toda retórica con tintes socialistas, propició e incluso utilizó la nueva moda anticomunista y se empeñó en promover la industrialización del país. Destinó entre el 50 y el 60% de los gastos de gobierno para apoyar a la empresa privada.

La segunda guerra mundial creó las condiciones favorables para el desarrollo de la industria de transformación en México, sobre todo de aquellos productos de consumo masivo, que para su producción no requerían de grandes inversiones ni tecnología avanzada. Es durante el periodo de 1940 a 1946 que se crearon las bases para un proceso de industrialización en México, mejor conocido como el “Modelo de Industrialización Sustitutiva” o “Modelo de Sustitución de Importaciones”. Para impulsar este proceso se crearon algunos organismos con este fin como: Sosa Texcoco, S.A. (1940); el IMSS (1942); Altos Hornos de México, S.A. (1942); Cobre de México, S.A. (1943); Guanos y Fertilizantes de México, S.A. (1943); y, se reorganizó NAFIN (Nacional Financiera) con el propósito de revitalizar el aparato productivo del Estado y beneficiar a la iniciativa privada del país.

En busca de la Modernidad

La guerra configuró una nueva distribución del poder, de la cual, surgieron dos bloques antagónicos. México deseó insertarse en este nuevo orden mundial, por lo que a partir de 1943, se empezó a discutir sobre los caminos que debía seguir la nación para lograrlo. Se cuestionaron los logros de la revolución, que no había logrado elevar las condiciones de vida del pueblo mexicano. Vicente Lombardo Toledano, quien era encargado de articular el proyecto de la izquierda oficial, hablaba de que se había llevado a cabo una revolución antifeudal, que no había cumplido sus objetivos, por lo que era necesario enmendar las fallas, sobre todo en materia agraria; pero también había que atender a la industrialización del país. Para este fin, era necesario formar un frente nacional con obreros, campesinos, ejército, clases medias y burguesía progresista.

El programa de Lombardo, contó con el apoyo de un activo número de industriales agrupados en la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (CANACINTRA), quien de acuerdo con la CTM, acordaron un “pacto” entre obreros y empresarios para promover una “revolución industrial en México”. A ese pacto se sumó la Confederación de Cámaras Industriales (CONCAMIN).

Estos planteamientos fueron recogidos por el candidato a la presidencia, Miguel Alemán, quien desde su campaña esbozó líneas de acción tendientes a impulsar a la industria con el objetivo de lograr la autonomía económica de México. El plan buscaba transformar las materias primas en productos manufacturados, “… mediante el concurso del capital, de los técnicos y de los trabajadores mexicanos y el empleo de fuerza motriz, maquinaria y sustancias químicas esenciales, de fabricación nacional, sin excluir la cooperación técnica y financiera por parte del capital y de la experiencia de países que habían alcanzado un alto nivel de desenvolvimiento material.”

Este desarrollo industrial, implicaba elevar, a corto plazo, el nivel material y cultural de las grandes masas; y para lograrlo se requería impulsar las ramas básicas que preservaban la autonomía económica del país: la industria eléctrica, química, siderúrgica, mecánica y la petrolera. Alemán reconocía que del sector agrícola dependía en gran parte el que la industria tuviera materias primas suficientes, a buenos precios. Además era necesario contar con alimentos producidos internamente, lo que evitaría la salida de divisas, tan necesarias para la compra de equipos. En suma, era indispensable la modernización de la agricultura para así convertir al campesino en un “verdadero factor del desenvolvimiento económico del país.”

Con estos objetivos, se llegó a un acuerdo con los obreros para que limitaran sus demandas económicas y así, las utilidades fueran atractivas para el sector privado mexicano. Aunque la izquierda consideraba al proyecto de Alemán un proyecto de gobierno burgués progresista, decidieron apoyarlo, ya que veían un peligro para México en la expansión norteamericana, en su política librecambista y en el fortalecimiento de sus empresas monopólicas.

Cualquier parecido con la realidad…

14 Jueves Nov 2013

Posted by pedrolarav in Dirección Empresarial

≈ Deja un comentario

Etiquetas

Clase media, Impuestos, Pobres, Ricos

CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD….

ES MERA COINCIDENCIA…

Cuentan que en los tiempos de los últimos Reyes de Francia, antes de la Revolución Francesa, y durante el “Despotismo”, donde el Rey era “El Estado”, un súbdito que era el Recaudador de Impuestos, se acercó a su Rey con la nueva propuesta para aumentar la recaudación de impuestos. En esta propuesta el Recaudador proponía cobrar más impuestos ahora a los RICOS del Reino.

Entonces el rey, muy complaciente y viendo la ingenuidad de su subordinado le dijo: “NO, mi querido súbdito. A los RICOS ya no. Son mis amigos casi todos, y si los hacemos enojar ya no me van a invitar a sus fiesta, francachelas, huateques, bautizos, bodorrios, etc. Y ya no me van a sacar fotos en las revistas: CARAS, QUIÉN, HOLA, TVNOTAS, etc. Todos ellos y nosotros somos “gente bonita”, y no les podemos hacer eso. Además ¿Cuántos RICOS hay en el Reino? ¿Cuánto más podríamos recaudar? No, no , no. Eso ni pensarlo. Pero te lo agradezco y perdono, no tienes el conocimiento que yo tengo”.

Se fue el Recaudador, todo agüitado a hacer una nueva propuesta. Y cuando se la presentó al Rey éste dijo: “¿A LOS POBRES? NOOOO mi querido súbdito, tampoco. A esos de dónde les podemos sacar impuestos?. No tienen ni para comer. Además muchos de ellos son POBRES por flojos, por ignorantes, por viciosos, etc. No con ellos no te metas. Déjalos como están. Así viven contentos o tranquilos, sin ambiciones. Ni hay que alborotarlos. Además…, son los que votan.”

Entonces el subordinado ya todo desorientado le preguntó al Rey: “Entonces, su majestad, oriénteme ¿Qué me sugiere usted para poder recaudar más impuestos para la Corona?”

Y el Rey le dijo: “Cóbrales más a los de la CLASE MEDIA, a los que son burgueses, a los profesionistas, a los comerciantes, a los académicos, a los científicos, a los músicos, a la mediana burocrácia, etc., etc., etc., a esos si”

Y el Recaudador contestó: “Pero su majestad, a ellos ya les estamos cobrando impuestos. A ellos son a los que siempre les aumentamos los impuestos. Se nos van a enojar”.

Y el Rey le contestó: “Es posible, pero la CLASE MEDIA tiene algo que las otras clases no tienen, o que muy pocos en ellas tienen. Tienen sueños y ambiciones. Y su mayor sueño es ser RICOS algún día. Y por lo mismo estudian y estudian y estudian; trabajan, y trabajan, y trabajan. Y sí, se van a molestar por tener que pagar más impuestos, pero su sueño va a estar por sobre su enojo, y por lo mismo van a seguir estudiando y estudiando y estudiando; trabajando y trabajando y trabajando con la ilusión de llegar a ser RICOS un día. Pero tampoco nos conviene que lleguen a ser RICOS porque luego ¿Quién pagaría impuestos? Por esas razones a ellos es a los que hay que cobrarles más impuestos. Recuerda, los POBRES votan, la CLASE MEDIA paga impuestos y los RICOS nos apapachan y nos invitan a sus fiestas”.

El recaudador se quedó impresionado de la sabiduría y agudeza mental de su majestad, y se fue a cobrar más impuestos a los de la CLASE MEDIA.

La transfiguración en la muerte, por Leonardo Boff

10 Domingo Nov 2013

Posted by pedrolarav in Ética Empresarial

≈ 2 comentarios

Etiquetas

evolución, La Muerte, La Vida

El día de los difuntos, el dos de noviembre, es siempre ocasión para pensar en la muerte.

Se trata de un tema existencial. No se puede hablar de la muerte de una manera externa a nosotros, porque a todos nosotros nos acompaña esta realidad que, según Freud, es la más difícil de ser asimilada por el aparato psíquico humano. Nuestra cultura especialmente procura alejarla lo más posible del horizonte, pues la muerte niega todo su proyecto, que está asentado sobre la vida material y su disfrute etsi mors non daretur, como si ella no existiese.

Sin embargo, el sentido que damos a la muerte es el sentido que damos a la vida. Si decidimos que la vida se resume entre el nacimiento y la muerte y esta tiene la última palabra, entonces la muerte tiene un sentido, diría, trágico, porque con ella todo termina en el polvo cósmico. Pero si interpretamos la muerte como una invención de la vida, como parte de la vida, entonces no es la muerte sino la vida la gran interrogación.

En términos evolutivos, sabemos que, alcanzado cierto grado elevado de complejidad, la vida irrumpe como un imperativo cósmico, según el premio Nóbel de biología Christian de Duve que escribió una de las más brillantes biografías de la vida titulada Polvo Vital (1984). Pero él mismo afirma: podemos describir las condiciones de su aparición, pero no podemos definir es la vida. En mi percepción, la vida no es ni temporal, ni material ni espiritual. La vida es simplemente eterna. Ella anida en nosotros y pasado cierto lapso temporal, sigue su curso por toda la eternidad. Nosotros no acabamos con la muerte. Nos transformamos por la muerte, pues ella representa la puerta de entrada en el mundo que no conoce la muerte, donde ya no hay tiempo sino eternidad.

Permítanme dar testimonio de dos experiencias personales de la muerte, muy distintas de la visión dramática que nuestra cultura nos ha legado. Vengo de la cultura espiritual franciscana. En mis casi 30 años de fraile, pude vivenciar la muerte como san Francisco la vivenció.

La primera experiencia era aquella que, como frailes, hacíamos todos los viernes a las 19:30 de la tarde: “el ejercicio de la buena muerte”. Se tumbaba uno en la cama con hábito y todo. Cada uno se ponía delante de Dios y hacía un balance de toda su vida, retrocediendo hasta donde la memoria pudiese llegar. Poníamos todo a la luz de Dios y ahí tranquilamente reflexionábamos sobre el porqué de la vida y de sus zigzag. Al final, alguien recitaba en voz alta en el corredor el famoso salmo 50 del Miserere en el cual el rey David suplicaba a Dios el perdón de sus pecados. Y también se proclamaban las consoladoras palabras de la epístola de san Juan: “Si tu corazón te acusa, recuerda que Dios es mayor que tu corazón”.

Así éramos educados para una entrega total, un encuentro cara a cara con la muerte delante de Dios. Era un entregarse confiado, como quien se sabe en la palma de la mano de Dios. Después, íbamos alegremente al recreo, a tomar un refresco, a jugar al ajedrez o simplemente a conversar. Este ejercicio tenía como efecto un sentimiento de gran liberación. La muerte era vista como la hermana que nos abría la puerta de la Casa del Padre.

La otra experiencia se relaciona con la muerte o el entierro de algún cofrade. Cuando alguno moría en el convento se hacía fiesta, con recreo por la noche con comida y bebida. Lo mismo hacíamos después del entierro. Todos nos reuníamos y celebrábamos el paso, la pascua o la navidad, el vere dies natalis (el verdadero día del nacimiento) del fallecido.

Se pensaba: él fue naciendo poco a poco a lo largo de su vida hasta acabar de nacer en Dios. Por eso había fiesta en el cielo y en la tierra. Ese rito es sagrado y se celebra en todos los conventos franciscanos.

El fraile que había dejado este mundo entraba en la comunión de los santos, está vivo, no está ausente, solo es invisible. ¿Hay celebración más digna inventada por san Francisco de Asís que llamaba a todos los seres hermanos y hermanas y también trataba de hermana a la muerte?

La percepción de la muerte es otra. Las personas son inducidas a convivir con la muerte, no como una bruja que viene y arrebata la vida, sino como una hermana que viene a abrirnos la puerta a un nivel más alto de vida en Dios.

Cada cultura tiene su interpretación de la muerte. Estuve hace tiempo con los Mapuche en el sur de la Patagonia argentina, hablando con los lomkos, los sabios de la tribu. Ellos tienen otra manera de entender la muerte. Para ellos la muerte significa pasar al otro lado, donde están los ancianos. No es abandonar la vida, es entrar en el lado invisible y convivir con los ancianos. Desde allí, acompañan a las familias, a los seres queridos y a otros próximos, iluminándolos. La muerte no tiene ningún dramatismo; pertenece a la vida, es su otro lado.

Podríamos pasar por otras culturas para conocer su sentido de la vida y de la muerte, pero quedémonos en nuestro tiempo moderno. Hay un filósofo que trabajó positivamente el tema de la muerte: Martin Heidegger. En su analítica existencial afirma que la condición humana, en grado cero, es la de ser un ser en el mundo, no como lugar geográfico, sino como el conjunto de las relaciones que nos permiten producir y reproducir vida. La condition humaine es estar en el mundo con los otros, llenos de cuidados y abiertos a la muerte. La muerte es vista no como una tragedia y sí como la última expresión de la libertad humana, su último acto de entrega. Esa entrega sin reservas abre la posibilidad de sumergirse totalmente en la realidad y en el Ser. Es una especie de vuelta al seno del cual vinimos como entes, pero como entes que buscan el Ser. Y finalmente al morir somos acogidos por el Ser. Y ahí ya no hablamos porque ya no necesitamos palabras. Es el puro vivir por la alegría de vivir y de ser en el Ser. Para la persona religiosa este Ser no es otro que el Ser Supremo, Dios vivo que nos da la plenitud de la vida.

Pedro Lara V.

Director de empresas.
Consultor.
Catedrático.
Conferencista internacional en temas de Planeación Estratégica, Gobierno Corporativo y Ética Empresarial.

Entradas recientes

  • Los efectos de la desconfianza
  • LA CONTINUIDAD
  • FRACASO ROTUNDO
  • Las empresas no son lo que dicen ser
  • Un Héroe

Archivos

  • octubre 2020
  • agosto 2020
  • junio 2020
  • agosto 2018
  • julio 2018
  • junio 2018
  • enero 2018
  • diciembre 2017
  • noviembre 2017
  • octubre 2017
  • julio 2017
  • junio 2017
  • julio 2016
  • junio 2016
  • mayo 2016
  • abril 2016
  • marzo 2016
  • febrero 2016
  • enero 2016
  • agosto 2014
  • julio 2014
  • marzo 2014
  • febrero 2014
  • enero 2014
  • diciembre 2013
  • noviembre 2013
  • octubre 2013
  • septiembre 2013
  • agosto 2013
  • julio 2013
  • junio 2013
  • mayo 2013
  • abril 2013
  • marzo 2013
  • febrero 2013
  • enero 2013
  • diciembre 2012
  • noviembre 2012
  • octubre 2012

Categorías

  • Ética Empresarial
  • Dirección Empresarial
  • Gobierno Corporativo
  • Stakeholders
  • Uncategorized

Meta

  • Registrarse
  • Acceder
  • Feed de entradas
  • Feed de comentarios
  • WordPress.com

Blog de WordPress.com.

Privacidad & Cookies: este sitio usa cookies. Al continuar usando este sitio, estás de acuerdo con su uso. Para saber más, incluyendo como controlar las cookies, mira aquí: Política de Cookies.